Análisis ‘Slow West’ – John Maclean (2015)

Título Original   Slow West
Año 2015
País Reino Unido
Director John Maclean
Guión John Maclean
Música Jed Kurzel
Fotografía Robbie Ryan

¿Habéis escuchado alguna vez un grupo que se llama The Beta Band? Pues bien, es una banda de música experimental/folk donde John Maclean, director de Slow West, era miembro. Ya en 2005 John Maclean estaba a cargo de los teclados y los coros en otro grupo; The Aliens, banda de indie y rock psicodéilico que duró hasta el 2008.

El año siguiente creó un cortometraje; Man on a motorcycle (2009), con Michael Fassbender de protagonista.
Más adelante dirigió otro corto; Pitch Black Heist (2011), ganador de un premio BAFTA al mejor cortometraje de ficción.

Slow West, su primer largometraje, es la historia de un joven de 17 años, Jay Cavendish (Kodi Smit-McPhee), que emprende un largo viaje por las peligrosas llanuras de Colorado para reencontrarse con la mujer que ama, Rose (Caren Pistorius). Por el camino conoce a Silas (Michael Fassbender) que le acompañará en su viaje.

Sorprende que la opera prima de Maclean sea un western, no es un género que los directores suelan elegir para su primera obra.

Entre los elementos principales de la película destaca el punto de vista desde el que se narra la historia; en la mayoría de las películas del oeste se ensalza a los americanos. Sin embargo este western se centra en la experiencia de los inmigrantes: cómo llegaron a América, su pobreza, cómo se movían por esas tierras en esos momentos, la delincuencia y la muerte a la que estaban destinados.

Son muchos los aspectos en los que hay que detenerse, así que mejor sigamos el curso de la película y nos vamos deteniendo en aquellos momentos en los que, a mí personalmente, me han ido llamando la atención.

Slow West comienza con una voz over sobre un fondo negro. Esa voz dice:

Érase una vez, en 1870 para ser exactos, un chico de 16 años de edad que viajaba desde los fríos rincones remotos de Escocia al corazón en formación de EEUU para encontrar a su amor. Su nombre era Jay. El nombre de ella era Rose.

Érase una vez… Un comienzo típico de los cuentos de Disney, pero ¿qué hace aquí, en una película de este género?
Silas, que es nuestra voz over, se encarga de hacernos esta breve sinopsis digna de una película Disney; chico enamorado en busca de la chica que ama. Pero este film no solo es eso… Sin embargo habrá más situaciones que nos harán pensar en esos cuentos de hadas, por ejemplo:

– En su travesía, Silas y Jay se cruzan con un grupo de hombres que tocan música y cantan. Silas sigue a lo suyo, ya ha quedado claro que a él lo único que le importa es sí mismo, pero Jay es totalmente opuesto; se detiene, alaba su música hablando en francés como ellos y nos deleita con otra «frase Disney»: El amor es universal, como la muerte.

Cuando abre de negro lo primero que vemos un cielo estrellado. Conocemos de Jay su voz, que está recitando constelaciones y tras esta presentación metonímica ya le vemos a él, abrazado a su pistola. Es curioso cómo juega con el arma, fingiendo que dispara y simulando su retroceso mientras se van iluminando las estrellas a las que apunta, pues, más adelante vamos a ver que es un negado para las armas hasta tal punto de producir risa. No es tan duro como quiere aparentar.

Según avanza con su caballo, se adentra en un territorio indio, de color gris, que ha sido arrasado por el fuego.

Yo me dirigía al Oeste cuando di con su rastro en lo profundo del territorio de Colorado. Una liebre en una madriguera de lobos. Era una fortuna que estuviera vivo.

De nuevo Silas en over, sobre las imágenes de Jay cruzando esa zona que le había embadurnado de ceniza a él y a su caballo. Un joven aristócrata ingenuo e inocente dentro de un mundo de forajidos sin moral es carne de cañón. ¿Significa por ello que se trata de un chaval con coraje? Pues para mi gusto… No.

Se oyen disparos y Jay se sobresalta. Se identifica rápidamente como si ser Jay Cavendish tuviera algún valor dentro de ese terreno sin ley. Por suerte para él, Silas llega a tiempo, aunque no le vemos la cara en un principio. De nuevo la valentía de Jay queda en ridículo cuando apunta con su arma a Silas y éste la quita con total facilidad porque no sabe usarla y está aterrado.

Mientras aún te estás riendo de la torpeza de Jay, ¡BANG!, Silas se carga a sangre fría a aquel señor. Y no es la última vez a lo largo de la película que Maclean va a combinar el humor con la violencia. Él mismo se considera admirador de los hermanos Coen y de cómo manejan este recurso.

Durante la película queda latente la gran diferencia que hay entre un forajido como Silas con el niño aristócrata; mientras que Silas, carece de moral, vive a base de las provisiones que saca en su día a día, como es en este caso adueñándose de lo que ese muerto ya no va a utilizar, Jay lleva su caballo cargado como si fuese una mula al que, cortésmente y supongo que por experiencia, Silas libera de peso antes de continuar su marcha como «acompañante» del chaval a cambio de 50 dólares por adelantado.

Jay sigue en su línea, intenta entablar una conversación con Silas, pero le ignora de manera abismal. Es evidente que Jay vive en su propio cuento de hadas, ¡en qué cabeza cabe que a un forajido le puede interesar lo más mínimo la vida de un niño rico!

En una de sus marchas, por primera vez Silas se interesa por saber como es esa tal Rose de la que tanto habla Jay, él comienza a hablar de ella delicadamente, de nuevo dejando entrever su inocencia, mientras que Silas asume por su forma de hablar que ni siquiera se han acostado y tal cual lo manifiesta. Es un hombre bruto, curtido por la vida que no se anda con rodeos. De todas formas da igual que sea 1870, a día de hoy esas situaciones ocurren a patadas y habrá miles de ejemplos en series, películas, etc.

Ese chico era admirable, veía las cosas de manera diferente. Para él estábamos en una tierra de esperanza y buena voluntad. La forma en la que yo lo veo patea sobre cualquier roca y muy probablemente un pistolero se arrastrara y te apuñalará justo en el corazón si hubiera dinero de por medio.

Esta frase resume de manera muy exacta lo que es la vida en el Oeste, a nadie le importa las circunstancias de los demás, lo único que importa es uno mismo y el dinero. Matar para ganar dinero, matar para sobrevivir. Pero Jay no es así;
Cuando Jay y Silas están a punto de pasar la primera noche juntos, el chico, tan parlanchín como siempre comienza con su discurso para hacernos ver cómo sí que tiene una manera diferente de ver las cosas. Habla sobre un futuro donde se podrá ir a la luna y, como está ocurriendo con los indios, los que vayan allí acabarán con los nativos. Jay no tiene esa necesidad de dar caza a los nativos, ni matar por dinero (seguramente porque de eso va servido), es un chico tolerante capaz de convivir con los nativos al contrario de lo que pasa por las mentes los forajidos.

Además, mientras escuchamos el monólogo de Silas, ellos continúan su camino por las tierras de Nueva Zelanda (hagamos un inciso aquí para hablar de las localizaciones) que son completamente diferentes a las de Colorado. Por apariencia, los paisajes del film no encajan con los terrenos escarpados del Oeste. La gente no asocia un paisaje así con un western, es más propio de los cuentos de hadas. La mayoría de las películas western se han rodado en Colorado, y de hecho, es en Colorado donde Silas encuentra a Jay, pero la película, en realidad, se ha rodado en Nueva Zelanda porque era un lugar donde las localizaciones eran más fácil de encontrar dentro de ese mismo territorio, según Maclean.

Monument Valley (Colorado). Río Bravo (1959) se rodó aquí.
Monument Valley (Colorado). Río Bravo (1959) se rodó aquí.
Localizaciones de Slow West (Nueva Zelanda)
Localizaciones de Slow West (Nueva Zelanda).

Por tanto, tiene cierta lógica que Jay, incluso nosotros mismos veamos cierta belleza y esperanza en un paisaje como aquel.

Todo el mundo sabía de la recompensa. Excepto Jay. Él me estaba guiando directo a ella. Había pocos de nosotros que quedaban. Hombres más allá de la ley. Pero los más peligrosos son los últimos en caer.

Se busca
Cartel de búsqueda

Silas nos acaba de descubrir su verdadero propósito, aunque ya había dejado pistas a lo largo del camino, o ¿hay alguien que hasta ahora sea tan inocente como Jay y creía que Silas era realmente un acompañante? El oeste es una tierra de lobos, como bien oímos en la voz over; los más peligrosos son los últimos en caer. ¿Eso significa que Silas es el más peligroso de todos? Lo dudo.

La escena de la posada es una de mis favoritas. Es un sitio que aparentemente está limpio y ordenado, pero con sus pequeñas cosas (un espejo sucio, el peine lleno de pelo, los trajes con agujeros de bala y sangre).
Llega la parte del atraco, y era evidente que no iba a salir nada bueno. El dependiente haciendo humor a pesar de estar apuntado por una pistola, el atracador que tiene más miedo que ninguno. Ambos mueren, y Silas ajeno a todo, habituado a ese tipo de situaciones, tan tranquilo que se permite el lujo de intentar tranquilizar a la chica. Por la esplda aparece Jay y ¡pum! Dispara sin mirar cómo lo hace.
Después de la masacre, como siempre, Silas y ahora tambien Jay cargan con las provisiones. Pero sin duda, el remate final a la escena es ver a esos pobres e inocentes niños, ahí parados delante de la puerta, que acaban de perder su familia por culpa del dinero. De nuevo silas muestra que es un hombre duro, sin sentimientos. Pues no siente ni una pizca de remordimiento al dejar allí solos a los pequeños, sin embargo Jay les da las provisiones que el había cogido.

La primera vez que vi esa escena me sentí tan destrozada como Jay, pero después de conocer toda la historia y verla repetidas veces no os voy a negar que me produce risa. Sin duda el humor negro de la película es genial.

Vamos a cambiar de tercio;

La película combina la historia de la búsqueda de Rose con pequeños flashback (cuatro para ser exactos) que provienen de la mente de Jay. Éstos sirven para contar a la perfección la relación que hay entre ambos y qué les ha llevado a la situación actual.

  • El primer flashback simplemente es un plano de Rose, que forma parte del tercer flashback.
  • El segundo tampoco aporta mucha información, Jay y Rose están juntos de forma amistosa. Entre ellos se marca una diferencia en las formas de vestir; Rose vestida con trapos menos elegantes que Jay.
  • El tercero es uno de los flashbacks más importante: Jay y Rose juegan en una especie de acantilado con arena, le hace elegir una manera de morir y Jay elige arco y flecha. Acto seguido Rose simula lanzarle la flecha que cae en el pecho, él rueda por el acantilado hasta Rose que se sienta encima de él. ¿Por qué? ¿Por qué elige morir de esa manera y no de cualquier otra? Es como si él fuera un hombre del oeste al que los indios han alcanzado con sus flechas. Es la moda de la época, ¿no? Aquí hay algo mucho más simbólico que eso; se trata del momento exacto en el que Jay se da cuenta de que ama a Rose. La flecha imaginaria que impacta directamente en su corazón no es una flecha lanzada por los indios sino por cupido. ¿Y Rose, siente lo mismo por él? Podría ser. Sentarse encima de él, tocarle el pecho y decirle «silly boy» es un subtexto que hay que tener muy en cuenta. La mayoría de las personas antes que mostrar nuestros sentimientos de una forma clara, utilizamos subtextos con los que expresamos lo mismo sin decirlo expresamente (cortometraje de ejemplo).
  • Y para finalizar la secuencia de flashbacks, el más prolongado de todos y que realmente cuenta lo que ha llevado a Rose y su padre John a huir. Pero no es en ese detalle donde me voy a centrar; mientras Rose y Jay sentados en la cama ella hace que le dispara justo en el corazón, donde más adelante tendrá la herida de bala que acabara con su vida. Por otra parte, al hablar sobre los sentimientos Rose dice «estos placeres violentos, tienen finales violentos». Esto es una muestra de la importancia que tienen los diálogos sobre la película, que aunque en un momento pueden pasar desapercibidos, no son banales y siempre aportan matices que enriquecen la historia.

Voy a dar un gran salto y me dirijo al final de Slow West.

He llegado a leer una crítica sobre la película que decía: «Todos los personajes mueren por culpa de una mujer». En el caso de que alguien más piense así es porque se ha quedado en la superficie, muy lejos de comprender lo que realmente narra esta historia.
Como ya he comentado Slow West muestra la hostilidad y pobreza que había en aquella época, pero fuera de ese contexto histórico, se narra una historia de amor que acaba terriblemente mal.

Si todos los forajidos mueren en esta historia es porque Jay ha provocado esta situación. De no haber metido a la familia de Rose en problemas, ella no hubiera tenido que luchar por defender su vida ni le habría disparado a él por error. Aunque todo hay que decirlo, que Rose acabe con la vida de Jay es acabar con la fuente de sus problemas, por muy duro que suene, es así.
Esa forma de pensar tan utópica que tiene Jay no ha traído nada más que problemas a Rose; mientras que ella era plenamente consciente de que su amor no podría ir a más por sus diferentes posiciones sociales, él al empeñarse en luchar por ella o salvarla no ha creado nada más que conflictos, uno detrás de otro.

Si Rose sobrevive en esta película es porque tiene aquello que le faltaba a Jay; valentía. Ha sido capaz de enfrentarse a los tipos más duros del Oeste y sobrevivir. Rose está mucho más cerca de ser un forajido de lo que ha estado Jay.

Para terminar quisiera apuntar algunos detalles.

  • La primera vez escuchamos algo de música en la película es una melodía completamente diferente a la que estamos habituados de estos géneros y que sin embargo se acopla de una perfecta con la narración. Slow West rompe en general con los rasgos propios de los westerns a los que estamos acostumbrados. Quería hacer el trabajo de la película sin música, así que el tipo de música lo mantuvo fuera hasta el final. Luego supo que quería la influencia europea, quería un compás 3: 4 (vals) y algo melódico, una melodía que fuera silbable.
  • John Maclean se documentó con  Ambrose Pierce, Nathaniel Hawthorne y Mark Twain.
  • En la mayoría de los tiroteos sólo hay cámaras tratando de seguir la acción. Pero Maclean no quería el caos en su tiroteo, quería una especie de coreografía.
  • Tal vez su próxima obra sea tal vez algo contemporáneo, algo de crimen,  noir o atraco.

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